En los últimos años, la mejora de las técnicas en liposucción han hecho de esta una intervención más segura, más fácil y menos dolorosa. Aún así, no hay que ocultar que los riesgos menores y mayores existen y es de vital importancia no dejarlos de lado.

Una liposucción realizada por un médico con experiencia y en un lugar adecuado, suele ser segura y no implica riesgos secundarios mayores a los comunes: Inflamación temporal, moretones, dolor, entumecimiento en y alrededor de las áreas tratadas, irritación y cicatrices menores alrededor de las incisiones en el que se insertan las cánulas.

Sin embargo, existen algunos factores que complican un poco más la cirugía. Por ejemplo, intervenir más de un área o tratar una gran área puede aumentar las complicaciones después del procedimiento y es probable que aparezcan otro tipo de efecto secundarios menos comunes como: cambios de color permanentes en la piel, superficie desigual de la piel sobre el área tratada y daño en los nervios y los tejidos de la piel.

Es muy importante ademas resaltar que si se aumenta de peso después de una liposucción, el cuerpo puede  almacenar la nueva grasa en un lugar diferente de donde se había eliminado. La nueva grasa puede crecer en el interior de su cuerpo, alrededor de los órganos, como el corazón o el hígado y este tipo de grasa puede ser más perjudicial para el cuerpo que la grasa que se almacena cerca de caderas o los muslos. Así que las personas que deciden hacerse una  liposucción deben tener cuidado de no aumentar mucho de peso.

Ahora bien, existen complicaciones aún más peligrosas especialmente para personas que no son aptas para una liposucción, bien sea por peso o por problemas cardíacos. Es por esto que todos aquellos que piensan en la posibilidad de realizarse esta intervención deben hablar con un especialista experto que asegurará no poner en riesgo su vida de ninguna manera. La cirugía de liposucción, si se hace cómo se debe, es una excelente opción estética para aquellos que no ha logrado deshacerse de ciertas acumulaciones de grasa en el cuerpo.