Para reducir arrugas faciales y líneas de expresión muy marcadas, el ácido hialurónico puede ser una buena opción como relleno dérmico debido a su compatibilidad con el cuerpo humano.

Esta sustancia se encuentra en casi todos los seres vivos y en los seres humanos, actúa como una red que transfiere los nutrientes esenciales del torrente sanguíneo a las células de la piel.

Las altas concentraciones de ácido hialurónico se encuentran en los tejidos conectivos blandos y en el líquido que rodea los ojos. Aunque también se puede encontrar en algunos cartílagos y fluidos de las articulaciones, así como en el tejido de la piel.

Dicha sustancia se extrae y es reformulada hoy en día lo cual la ha convertido en uno de los tipos más populares de rellenos inyectables. Pero las inyecciones de ácido no solo sirve en cuestiones estéticas, pues la sustancia también se inyecta en articulaciones de personas con artritis para aliviar el dolor y proporcionar mayor amortiguación.

Cuando se inyecta este ácido en forma de gel, actúa como un “cojín inflado” que apoya las estructuras faciales y los tejidos que pueden haber perdido volumen o elasticidad debido al envejecimiento normal del paso del tiempo. También proporciona agua a la superficie de la piel para que se vea fresca y flexible.

Diversas fórmulas de ácido hialurónico se han desarrollado y utilizado para corregir trastornos en los campos de la reumatología, oftalmología, y la reparación de heridas. Recientemente, la fabricación de fórmulas de ácido hialurónico para el uso en la cara, ha aumentado bastante.