La aplicación de Ácido Hialurónico es un tratamiento estético muy rápido, y suele realizarse de forma ambulatoria; es decir, no requiere de reposo post intervención y se puede continuar con el ritmo diario con casi total normalidad.

En general, este es un procedimiento que por seguridad siempre debe ser realizado por expertos en rejuvenecimiento facial o médicos especialistas en este tipo de tratamientos, ya que si bien es un tratamiento estético sencillo, cuando se efectúa con personas poco calificadas se corren muchos riesgos, entre ellos, que no sea exactamente una aplicación de Ácido Hialurónico o que existan riesgos de infecciones.

Por otra parte, los resultados de una aplicación de Ácido Hialurónico dependerán de la calidad del producto, la precisión y experiencia del profesional que lo aplica, y el metabolismo de cada persona para sintetizar la sustancia.

Una gran ventaja de la aplicación de Ácido Hialurónico es que, cuando se efectúa de forma adecuada en cuanto a cantidad y técnica, los efectos son inmediatos y los resultados se aprecian completamente naturales. Sin embargo, quien se somete a una aplicación de Ácido Hialurónico debe tener claro que los efectos disminuirán con el paso del tiempo.

Lo ideal es que quien comience con aplicaciones de Ácido Hialurónico concurra de forma periódica al profesional que la interviene, para optimizar al máximo el producto y mantener el rostro deseado.